Odios y razones

Escribe un delicioso artículo Birmain en su blog sobre el odio que los nacionalistas y la izquierda tienen a España, en el que tras hacer un claro análisis en el que apunta gran parte de la solución se pregunta ¿Qué hemos hecho para llegar a esto?.

Apunta Birmain el dato que puede aclarar esa pregunta. No es otro que la procedencia de los nacionalismos. La derechona, el régimen franquista, que es el que aupó definitivamente a vascos y catalanes en sus negocios viento en popa.
Por algo el PNV reivindica el carlismo, la misma derecha de antes de la última guerra civil, que había ocasionado ya otras. Y el padre del pope Arzallus un enchufado con Franco. Y Sabino Arana un señorito andaluz en el norte, un jauntxo en vascuence, dolido por la pérdida patrimonial familiar, un pueblo junto a Bilbao absorvido por éste.
De ERC y su filofascismo tampoco vamos a descubrir nada nuevo. De la misma forma que se niega que el partido nacionalsocialista alemán fuese socialista y obrero se niega que ERC sean los émulos de Mussolini en la grossen cataluña. Con lo que les gustan las camisas negras.

Viendo la realidad que vivimos no caben dudas, el neofranquismo cabalga en la peor de sus formas, oligarquías regionales coordinándose para repartirse España. La violencia y la represión de paramilitares etasunos, los nuevos guerrilleros de Cristo rey, censura y control de medios, persecución a los disidentes con exclusión social, extorsión y chantaje.

Y como señala Pio Moa en su último artículo la derecha civilizada, quizás por civilizada nunca ha sabido oponerse ni contrarrestar a esas "izquierdas" estalinistas maestras en el agit prop y en el control y uso de los medios ni a sus aliados estratégicos sempiternos, los nacionalistas.

El resultado de esto no es nuevo, los imperios que se descomponen naufragan en micronacionalismos y revoluciones. El imperio español se descompuso y se perdió.
Quedó España tan sólo.
Y otro siglo después de alianza masónica entre nacionalistas con el marxismo religioso, con golpes de estado, violencias contenidas que matan y radicalismos razonables... y si el único partido español que hay se resiste, la indestructible coalición AntiPP.