9/05/2005

La ola perfecta, perdida.

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Olas perfectas, es decir, una pared lisa como el cristal que se enrosca sobre si misma y se va cerrando detrás tuyo si corres lo suficiente.
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Ahora está difícil, los expertos vascos que han tenido la genial idea de "regenerar" el sistema de dunas en Laida ha conseguido ampliar en un 1000% la superficie en marea alta de la playa de Laida, con el aumento de la masificación que soporta la zona, pleno corazón de la reserva y patrimonio de la Unesco de la Ria de Urdaibai, la joya de la corona como quien dice.
El sistema tan sencillo como plantar hileras de ramitas que detienen la arena que arrastra el viento, sube la cota de nivel y plantas otra hilera nueva mas arriba...
Así se han movido varios millones de metros cúbicos de arena en un par de años, con un par de camiones de palitos. Se extasiaron con el rendiminto del método, tan "natural" y "ecológico", que habían aprendido, hay que joderse, de no se que tribu africana, como si fuese un descubrimiento patentado el plantar hileras de estacas y empalizadas.
Y de paso, claro, la arena de alguna parte tenía que salir, se han cargado la barra de Mundaca, que genera la famosísima ola.
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En Mundaca vive Craig, un australiano que hace veinte años aterrizó por allí buscando la ola de la que le habían pasado el soplo.
Se enamoró primero de la ola y mas tarde de una Mundaquesa, así que se quedó a vivir y montó una tienda de surf, cuando había tres entre Vizcaya y Guipúzcoa.
La suya, lógicamente, la referencia. Tenía lo más importante, unas olas maravillosas delante.
Y es que Craig consiguió traer nada más y nada menos que una prueba del campeonato de F1 del surf, a nivel mundial una especialidad deportiva que en paises como Australia o Usa tiene mas seguidores que el fútbol, por ejemplo.
Hacer un circuito de F1 cuesta un riñón, TENER un circuito de surf NATURAL, el mejor de Europa sin discusión alguna, que no se puede hacer artificialmente, (se podría, pero esa es otra cuestión), es un patrimonio de todos de una riqueza incalculable.
Mundaka es famosa en todo el mundo gracias a su ola. Todo el año había surfers extranjeros allí y, en la época de finales de verano otoño, la buena, cientos todos los días en el puerto entrando y saliendo del agua o esperando a las olas.
Billabong y Craig acordaron hacer aquí el Billabong PRO, para el campeonato del mundo, y se ha hecho unos años. El pasado, se tuvieron que ir a Baquio, un pueblo cercano con una ola preciosa cercano, por que ya no levantaba la ola en Mundaca, el fondo había descendido, la barra no estaba e su lugar...
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Este año lo han suspendido hace poco al ver que el problema va a más, ya no levanta nada de nada la ola al pasar frente a la ermita, que era hasta donde llegaba el comienzo del pico, donde empezaba a romper.

Los mundaqueses nunca aceptaron bien el surf, Craig las pasó de a kilo para salir adelante, todo problemas y desprecios.
Ahora se están dando cuenta en el pueblo lo que han perdido, cuando nunca lo valoraron. Ni el Gobierno Vasco, ni la Diputación, (aparte de poner un cartelito en la autopista), ni los ecologistas, ni las izquierdas, para las que el surf es cosa de niñatos pijos, porque fue en la margen derecha (Las arenas, Guecho, Algorta, Sopelana) donde cundió hace años. Estereotipos y esas cosas de los aldeanos pelín xenófobos y mogollón nacionalistas.
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Me queda un pequeño consuelo, haber tenido el privilegio de haber corrido por sus paredes de cristal en setiembre, con el aire caliente del sur acariciando mientras intentas coger la ola antes de que ella te coja a ti.
Porque si te coje, amigo, te acordarás de una lavadora centrifugando, eso te lo aseguro.
Tienes que escoger con mucho cuidado, pues. Que no te rompa detrás, que tenga salida, es decir, que rompa hacia alguna parte, no toda la sección de la ola a la vez.
Y cuando estás en el pico, subirte con un golpe hacia adelante para encontrarte con que la ola te forma el vacio debajo tuyo y el labio de la ola te escupe hacia adelante...
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Si controlas ese momento, una o dos décimas de segundo, y caes recto de pie buscando con la cola de la tabla agarrarte a la pared, deslizar por ella, (es la base del hueco que forma la ola al romper, y es como una escalera mecánica a 50 por hora con los escalones plegados, lisa. )
La encuentras y sales disparado hacia adelante de la ola donde giras para correrla a la izquierda, es una ola de izquierdas. :)
Si fallas, la cosa es grave. La primera bofetada, la que te da la superficie lisa de la ola, tan glassy, tan perfecta y bonita, es seria. Y con ella te vas al fondo a dar mas vueltas que una peonza. Tras tres vueltas normalmente, y cuando consigues estableces que está arriba y que abajo, cosa nada fácil, sales a respirar con, digamos, un poco de ansiedad.
Porque sacas la cabeza intentando respirar para ver que mejor que cierres la boca, que te está cayendo la segunda ola encima, y vuelta a empezar con las vueltas...y cuando sacas por fin la cabeza, es la tercera la que te cae, más gorda que las anteriores...
Después de esa ya sueles estar en una esquina, al lado del canal, frente a las rocas sobre el que está el paseo y la iglesia, medio ahogado pero fuera de la zona de impacto masivo. Y listo para plegar e irte a casa, a lamer las heridas.
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RIP

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