Arnaldo Otegi no es sólo un portavoz autorizado del MLNV. Es, ahora mismo, junto a Diez Usabiaga, y según un periodista de su entorno, la persona referencial, el interlocutor máximo de Batasuna y una apuesta de futuro de sus compañer@s de dirección. Sus declaraciones a Gara horas antes de su provisional y breve ingreso en la prisión de Soto del Real hay que tomarlos, por ello, más como una doctrina que como un decálogo de intenciones. Es por ello relevante el papel de malo que, una vez, más atribuye al PNV.
Veamos una respuesta inmediata dentro de la blogosfera jeltzale, un poco picajosa quizás por esa referencia de Arnaldo al final al desplazamiento del PNV como fuerza hegemónica:
Hay que agradecerle la claridad a Otegi, la concisión. Dice: “El mayor paso que ha dado para crear condiciones es posiblemente la declaración del Congreso. Pero quien ha sembrado las condiciones ha sido fundamentalmente la izquierda abertzale, las gentes que han colaborado con nosotros en el Foro de Debate Nacional, los que están en la estrategia de la construcción nacional, los que nos vamos a manifestar el 1 de abril” Ya está definida la Santísima Trinidad: el congreso español, el MLNV, y los abertzales que participan con ellos y acuden el 1 de abril a Bilbo. Más allá el infierno, más allá el PNV.
Para entender lo anterior hay que reproducir esta otra frase:
“(...)obligar a todo el mundo a compartir con la izquierda abertzale la reflexión de que hay que sentarse en una mesa y acordar nuevas bases políticas para este país, hablar de qué es Euskal Herria y cómo se respeta su capacidad de decidir”
Eso, Arnaldo, para que nadie tenga dudas de que vuestra intención es aleccionar democráticamente al pueblo ignorante, al pueblo adoctrinado, a los paletos de todo signo que no comparten ni vuestros métodos ni vuestros criterios. Por eso hay que obligarles a hablar, a entender Euskal Herria según el MLNV. Arnaldo, los que somos tontos no te aceptamos.
Y para ello, Otegi, es preciso acumular fuerzas, que de como resultado una victoria electoral. “(…)lo que hay que entender ahora es que éste es un proceso de trabajo, de pelea, de lucha, de acumulación de fuerzas en el terreno social, popular, electoral (…)”
En esto, Otegi, no has sido del todo claro. Digámoslo de una vez: en los previos al alto el fuego se pactó, antes que nada, la posibilidad de presentarse a la próxima contienda electoral. Curioso, Otegi, que el tan denostado poder político-administrativo se haya vuelto, de repente, en el objeto deseado.
Otra perla, más como motivo de desengaño y de frustración, que como incumplimiento de expectativas: “Nos tenemos que dar cuenta por un lado de que el Estado y el PNV tienen interés en hacer ver que este proceso es de «paz por presos, cuando nosotros insistimos en que es un proceso de «paz por democracia y justicia para el pueblo vasco”
Desengáñense quienes pensaban en una paz sin contrapartidas. ETA actuará como el guardián del proceso. Queda meridianamente claro: o se accede a lo que el MLNV considera como condiciones innegociables, o no hay paz duradera. Un servidor tiene sus dudas sobre la posibilidad que ETA pueda tener de reiniciar su activada armada si considera que no se dan las condiciones por ellos impuestos. Pero ahí queda escrito.
Dejo para el final la particular visión que A. Otegi tiene del papel histórico jugado por el PNV y su apreciación sobre la situación de discrepancia interna en la formación jeltzale:
“El PNV es percibido ahora mismo por el pueblo vasco como un partido dividido en dos, pero hay que tener en cuenta que manda quien manda, y quien manda no son precisamente los sectores más entusiastas con la situación de Lizarra-Garazi”
Nuestra línea ideológica es algo más que retórica pura. Tenemos una ponencia política vigente que no admite dudas desde una interpretación abertzale del país. El PNV ha sido quien ha liderado el Nuevo Estatuto Político, cuyo preámbulo tanto os gustó. Y el PNV, por consenso en el EBB, aprobó, en octubre de 2005, las líneas estratégicas de cara al proceso de normalización ya abierto. Otra cosa es que se discrepe de la gestión que se hace de ciertos mandatos asamblearios.
“Pero otra cosa es si ese PNV tiene capacidad de maniobra o no para hacer una chapuza como hace 30 años. Y pensamos que no la tiene. La única garantía para que eso no se vuelva a repetir es que haya un polo popular, yo diría que mayoritario, que plantee desde el inicio una posición firme de defensa de Euskal Herria como nación y del derecho a decidir.”
Al derecho a decidir vamos de cabeza, Otegi. De eso nos encargamos nosotros, sin ayudas externas. Nos valemos y nos sobramos. Nuestros partido, como abertzale que es, considera ineludible el derecho que Euskal Herria tiene de decidir su futuro en libertad. Tanto como vosotros. De lo acontecido durante los últimos 30 años ya vendrán los historiadores que lo analizarán.
“(…) el fracaso de quienes hace 30 años intentaron construir un marco político que no ha provocado más que sufrimiento, partición territorial, falta de soberanía, etcétera.” Eso es de sinvergüenzas. 1000 muertos en 30 años. La mayor parte provocados por vosotros (también tú estuviste en esa guerra); y unos pocos por el BVA, el GAL y la política penitenciaria. Hay que tener mucho valor, Otegi, para echar en cara ajena la culpabilidad de cientos de muertos, huérfanos, impedidos, (…) Hay que tener mucha cara, Otegi. Supongo que estaréis totalmente necesitados de eso que se llama “prietas filas”. Los tuyos necesitarán carnaza, y tu se la das a modo de invectivas.
Y para terminar, que ya es hora, otra vez sobre el PNV: •”Simplemente es coherente con la Declaración de San Ignacio. Allí le dice al Estado una cosa bastante sencilla: para resolver el conflicto hay que aceptar la capacidad de decisión al pueblo vasco, pero a partir de ahí la garantía es que el PNV no va jugar a crear un Estado independiente. A partir de esa renuncia independentista, se ofrece como aliado fiel del Estado. Le dice «yo, que soy un partido hegemónico [por ahora, diría yo], te garantizo que no voy a crear un Estado independiente».
Los guardianes del templo y esencias jeltzales son sus afilados. Ni siquiera vale el recurso a su historia. Y contra un canto me daría, ahora mismo, si los Estados francés y español aceptaran la capacidad de decisión de Euskal Herria. Pero vosotros vais ahora más allá, vais al Estado vasco independiente. También nosotros, pero cuando toque. ¿No habíamos quedado en que lo fundamental era el derecho de autodeterminación? ¿A qué viene ahora esa incursión en el Estado independiente a modo de derecho irrenunciable?
No hay comentarios:
Publicar un comentario