En su editorial de hoy, etasuna exije el cese de la violencia por parte del estado español :
Este no es el camino
El proceso que puede llevar a Euskal Herria a alcanzar un horizonte democrático de libertad y paz ya se ha puesto en marcha. Ni ese proceso, en su conjunto, ni la decisión anunciada hace ocho días por ETA, en particular, son producto de un inesperado brote primaveral, sino que han madurado gracias a una serie de acontecimientos y trabajos de trastienda que se han ido concatenando durante los últimos años.En este camino ha sido, y será, necesario cambiar de actitudes y, obviamente, eliminar las expresiones violentas del conflicto político*
Si se repasa el tiempo transcurrido desde la victoria electoral del PSOE, se podrá observar con qué actitud transitó el Gobierno español hacia el 22 de marzo. Es cierto que Rodríguez Zapatero alentó muchas esperanzas con la propuesta que el Congreso de los Diputados aprobó en mayo de 2005. Pero no conviene olvidar que, en apenas dos años de mandato, ha presidido un Ejecutivo que ha instado a ilegalizar candidaturas electorales; que ha permitido que se cambie, una vez más, la doctrina penal para imponer un auténtico «Código de la venganza» para los presos políticos vascos; que mantiene la dispersión penitenciaria incumpliendo la legislación vigente; que, tras mantener una actitud ambigua, consintió la prohibición del acto del BEC; que se ha «reilegalizado» a la formación abertzale...
Y ahora se dicta orden de encarcelamiento eludible bajo fianza de 250.000 euros al portavoz de la Mesa Nacional de Batasuna por haber llamado a participar en una jornada de movilizaciones y paros, lo que podría dar a entender, con la gravedad que ello conllevaría, que el Estado español tiene intención de seguir actuando de forma violenta. Como es obvio, esa violencia no es compatible con el proceso democrático ni puede ser la brújula que guíe ninguna «hoja de ruta».
* Para los esperanzados, además de al aparato represor del estado imperialista, puede que se refieran también a las expresiones violentas consecuencia del conflicto también, esto es, a los comandos de Eta y sus extorsiones, e incluso puede que a la lucha en la calle, kale borroka, expresión genuína del sentir popular.
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