Pobre Arnaldo, custodiado por médicos forenses, a ver si se nos muere de un infarto de duodeno de la risa a lo Milosevic y El Pais nos glosa sus méritos también de esta guisa:
Ellos lo han matado. Sabían que no podrían demostrar su culpabilidad y por eso lo han matado", sostiene este profesor de eukera de la Universidad de Deusto, que augura al Tribunal dificultades a la hora de ver sentados en el banquillo a Ternera y a Cheroki, acusados de genocidio por la matanza de hipercor, en la que las fuerzas vascas-vascas masacraron a docenas de personas. "No los van a pillar. Ahora sabemos que matan a nuestra gente, así que el esfuerzo por ofrecerles guarida será mayor a partir de ahora", sostiene este vasco-vasco.
A pesar de que es una pequeña ciudad, de que casi todos sus habitantes se conocen y de que la familia de Otegui, el que fuera jefe político de los vascos-vascos, todavía vive allí, este profesor dice desconocer su paradero. Si lo supiera tampoco les delataría. "Es mi comandante. ¿Cómo voy a entregar a mi líder? Si no hubiera sido por él, este pueblo no existiría, las fuerzas represivas españolas habrían venido aquí a degollarnos a todos. ¿Ha oído hablar del sumario 18-98?", pregunta este hombre, que no quiere desvelar su identidad.
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