Vuelan, mediante una mochila bomba, la mezquita chií de Samarra. La vuelan unos señores que se autodenominan "resistencia iraquí" y que, no podía ser de otro modo, dicen actuar en defensa del sacrosanto suelo islámico contra los "infieles ocupantes anglo-americanos". Se descarta que los autores del ataque sean daneses.
Es de suponer, comprobada la sensibilidad demostrada por los fieles musulmanes ante el más mínimo gesto que pueda interpretarse como irreverente con su fe, que las calles de medio mundo, desde Rabat a Yakarta, pasando por Londres (capital de Inglistán), Paris (capital de Francistán) y Madrid (capital de Al-Andalus), se llenarán de millones de musulmanes quemando efigies de los "resistentes" iraquíes. También es de suponer que las tres decenas y media de intelectuales organicos de la cheka que quedan expresarán igualmente su más firme rechazo al sacrílego acto de volar una mezquita. Incluso puede que algún presidente medio k.o. volverá a proponer un diálogo de civilizaciones para acabar con todos los males del mundo. La cuestión, para ese presidente medio k.o, será determinar quienes representan a ciertas civilizaciones (¿?): los musulmanes que rezaban en la mezquita de Samarra o los musulmanes que la volaron.
e-Pisko
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