1/17/2006

Lecturas prohibidas

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Dos pelifrosas fascistas, Frasquita y Felisa, nos ofrecen aquí guía y consejo sobre cómo aumentar la crispación;

La carta del marinero
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1. Frasquita encontró a la tía Felisa, que tenía una carta en la mano.
Era la carta de su nietecito el marinero, que se la escribía desde los lejanos mares del Indico, por donde navegaba
.

2. Triste y apesadumbrada, la tía Felisa daba vueltas y mas vueltas al papel. Algunas lágrimas principiaban ya a correr por sus rugosas mejillas.
-¿Qué le pasa, señora Felisa?-preguntó Frasquita.

3. -¡Ay!, hija mía, estoy muy apenada. He recibido carta de mi nietecito el de la fragata y en ella no veo mas que blanco y nergro; ¡un papel emborronado!, ¿qué triste es no saber leer!

-¡Quiére usted que se la lea?
-¡Oh, si hija mía! ¡Cuánto gusto me darás!

4. Frasquita se puso a leer la carta del marinero, sin dar la menor señal de vacilación.

En agradecimiento, la tía Felisa le dió una taza de sabrosa y espumeante leche que acababa de ordeñar a una cabra.
Si Frasquita no hubiera sido alumna tan aplicada, no habría podido satisfacer a la buena de tía Felisa.
Y si su nietecito el marinero no hubiese sabido escribirle tan lindas cartas, no nos habríamos enterado de que Bono anda por aquellas aguas.

La virtud y la instrucción
Son de gran estimación.

(el original, delicioso, pinchando aquí)



Y para completar el post, la opinión interesada del PNV sobre la negociación Eta-ZP;

Batasuna es apenas un síntoma, no una causa de nada. Batasuna no existe, es ETA quien habla a través de ella...
El "buen rollo" actual de Batasuna es hijo del fracaso de ETA; es decir, ETA se sabe fracasada, porque incluso sus "mandos" desertan. Están ya hartos de una demencia que, de seguir así y sobre todo tras el 11-M, no les lleva a otro sitio que no sea la tumba o la cárcel. Batasuna -o sea, ETA- quiere negociar porque necesita urgentemente una salida para su gente, y de paso salvar la cara ante quienes han creído en ella. Antes de que las revueltas internas prendan de tal modo que se empiecen a liar a tiros entre ellos; señales de eso hay, sobre todo en ciertos colectivos, como los presos y algún otro.
...
Los perros –mediáticos y políticos- ladrarán alrededor de la negociación, e intentarán morder los tobillos; obvio, para eso les pagan. Pero no hay que hacerles caso, su hora ya pasó y, a diferencia de los años noventa, ya no pueden hacer otra cosa salvo ladrar.

Con el primer párrafo estoy bastante de acuerdo. Con el segundo y soslayando ese amable y cariñoso "perros" del nazi de turno y eso de que les pagan, no.
Yo en los 90 no tenía a mi alcance internet, por ejemplo.
Ahora si.
:)

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