Crónica del Gulag.

La historia de Pilar Baglietto no será contada de momento, por ningún director cinamatográfico vasco, ni tan siquiera español.
Estamos ocupados con bucólicos escenarios imaginarios de felices arcadias vascas y no tenemos tiempo ni ganas parece de mirar lo que está ocurriendo a nuestro alrrededor.
Tendrá que ser un director americano o australiano, pongo por caso el que se interese por una historia tan alucinante como la de Pilar. De Pilar y de Cándido.
Cándido era un bebé de meses cuando le salvó la vida Ramón Baglietto al arrancarlo de brazos de su madre, que se tiró a la carretera a por su hijo de pocos años que tras soltarse de su mano y se lanzó delante de un camión que pasaba.
Cándido, con menos de veinte años fué el que le descerrajó el tiro de gracia a Ramón cuando se le asesinó en otra gloriosda acción de la banda terrorista.
Mas tarde Etasuna amenazó a Nieves la hermana de Ramón, con diez hijos, y los obligaron a exiliarse fuera del país asco.
Pilar se apuntó de concejal del PP, en un pueblito del gulag vascón y ha tenido que aguantar tantas veces que la insulten y amenacen que ha perdido hace tiempo la cuenta. Y siempre con escolta, claro está, si no no habría llegado entera hasta hoy sin duda. matar mujeres no es ningún desdoro para la izquierda patriota vasca.
Y ahora tras salir de la cárcel, se instala en el bajo de la vivienda de Pilar, la viuda de Ramón Baglietto, debajo del muerto y de su viuda. Algo que encaja perfectamente en la mente de un psicópata asesino en serie que disfruta matando.
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La película que yo haría sería a partir de este momento, tras una introducción en flash back de la historia al bajar por la mañana Pilar a comprar el pan y cruzarse con Cándido, el nazi asesino.
24 horas de la vida de Pilar bastarían para hacer una precisa descripción del momento político actual.
Y así quedaría algún documento grabado de lo que está pasando, que dentro de pocos años a saber que se contará de todo esto Santillana en sus libros de EGB.