Solicitar a la Ertzaintza que aclare si disponía de agentes infiltrados en el acto del monte Arichulegui.
Mandos de la Ertzaintza, pero también del resto de cuerpos, han mostrado en privado su sorpresa por la medida, inédita hasta este momento, ya que puede comprometer la seguridad de agentes especializados. Algunas fuentes incluso van más allá y censuran que se plantee esa cuestión sin respetar la discreción que exige ese tipo de operaciones. Para algunas de las fuentes consultadas, la extrañeza procede también del hecho de que sea el propio Garzón quien haya reclamado este tipo de datos, ya que como magistrado ha participado en numerosas operaciones antiterroristas o contra grandes redes de narcotráfico y conoce el valor que tienen este tipo de agentes policiales y la importancia de salvaguardar su seguridad.
Otro caso que provocó un importante enfado en las fuerzas de Seguridad se produjo durante la investigación por el supuesto chivatazo que recibió uno de los detenidos en la operación contra la red de cobro de la extorsión etarra, recientemente desmantelada en Irún. El juez Grande-Marlaska, que había conducido la investigación, conoció durante las pesquisas que el presunto jefe de la trama, Joseba Elosua, había recibido la visita de un desconocido que le entregó un teléfono móvil. En este celular recibió una llamada en la que una persona que no se identificó le anunció que estaba siendo seguido por la Policía y que se iba a desarrollar una operación contra su red.En la investigación sobre esta filtración que inició el juez Marlaska -y que continuó Garzón-, los investigadores mostraron a Elosua un álbum de fotos con los rostros de todos los agentes que se dedican a labores antiterroristas en el País Vasco. La medida, de la que tampoco existían precedentes, provocó un desconcierto notable en las fuerzas de Seguridad, ya que siempre se había intentado salvaguardar ese tipo de información tan vital.
La ocultación a procesados por terrorismo de datos que permitan identificar a los agentes que luchan contra ETA ha sido durante años una de las prioridades de todos los responsables de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Con distintas iniciativas legales, como la figura del testigo protegido, la instalación de biombos en la propia Audiencia o acuerdos con la Fiscalía, se había conseguido evitar que los miembros de la banda pudieran ver en los juicios a los funcionarios policiales. Para algunas fuentes, la decisión de mostrar la foto de todos los agentes antiterroristas a un procesado rompe con una práctica de discreción y supone un salto cualitativo muy peligroso.
El último incidente que se registró a raíz de la aplicación de este tipo de medidas se produjo hace once años. En 1995, la audiencia de Vizcaya obligó a tres ertzainas que habían intervenido en un tiroteo en el que falleció un etarra y se desmanteló el 'comando Vizcaya' a declarar con la cara descubierta. La propia Fiscalía había solicitado que se aplicaran medidas especiales para que los agentes no fueran reconocidos en el juzgado. El juez que pidió que no se aplicase ese sistema de seguridad fue Fernando Grande-Marlaska, que en ese momento era titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Bilbao.
¡¡¡POR ALÁ, DENME UN POCO DE GRARZONITA!!!
Por cierto, a unos chicos de etasuna se les ha incendiao el piso donde preparaban los cóckteles molotoff del proceso de paz...un desparrame, papeles, gasofa, mochilas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario