Ante la muerte el problema ya no es el morir en sí sino el cómo morir, el célebre 'tránsito'. Tal vez sea genético, sin duda cultural, pero desde luego casi nadie se habrá librado de alguno de esos momentos en que, por muy distintas causas, a algún lugar primigenio del cerebro le han llegado señales de peligro de muerte inminente. Tenemos poderosos mecanismos que hacen que situaciones potencialmente letales como el ahogo, las alteraciones de la tensión, el vértigo, el dolor del corazón, etc, las sintamos con aguda angustia y reaccionemos reflejamente con vivo rechazo. Al pensar en la muerte sentimos repelús y frente a ella tal vez un temor insuperable.
Se hace muy dificil con estas limitaciones acabar sin garantias de no pasar por momentos angustiosos. Quede en la conciencia de quienes impiden la legalización de la eutanasia la carga de los sufrimientos innecesarios.
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cuando la muerte es nosotros ya dejamos de ser, y no siendo ni siquiera la muerte existe (¿o acaso tiene el espacio conciencia de muerte o de cualquier otra cosa?)
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Depresión: suele llamarse así por pereza mental o animadversión a la verdad, al estado mental libre de ilusiones.
Depresión: Estado en el que fallan los mecanismos biológicos que nos hacen creer que la vida merece la pena vivirse.
Y para los amantes de las clasificaciones novedosas:
Depresión maníaca: situación excepcional desde donde ver con humor que la propia vida no vale la pena vivirla.
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Intenciones - hechos
Las buenas intenciones sin soluciones reales se pervierten y acaban haciendo aún más daño.
Las buenas intenciones sin buenas soluciones, más complicaciones y malos resultados .
Según cada particular cómo y dónde, la muerte deja de ser una tragedia para convertirse en necesidad.
La razón servil y la razón emancipada. La razón al servicio de los mecanismos evolutivos y la razón no alienada, libre y capaz de desprenderse del apego incondicional a la vida.
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He entrado en una fase que considero terminal porque a la pentaplejia irreversible se ha añadido la cronicidad de las infecciones frente a una tolerancia cada vez menor a los antibióticos, lo que me provoca indeseables sufrimientos físicos y psíquicos. Y todo ello en un contexto asistencial que se ha hecho insostenible.
Ante la perspectiva de acabar en breve en una residencia abandonándome a una muerte miserable lanzo el siguiente mensaje por si el azar por una vez se torna generoso.
Quiero decíirlo ya claramente y recabar, si fuera buenamente posible y con todas las precauciones necesarias, ayuda directa, indirecta, contactos, ... ; quiero también que quede constancia de ello a efectos legales: seguir en este estado para mi tan penoso y sin otras perspectivas que ir empeorando, no tiene sentido: esto hay que irlo acabando ya y con cierta urgencia.
Necesito la mano que sostiene el vaso, la mano habil que supla mi mano inutil, una mano que actue según mi voluntad aún libre:tengo todo preparado para que quien me ayude quede incógnito.
Que a nadie se le ocurra contestar a esto nada por correo.e.
Preguntas y contactos desde un tf público o seguro al ............... , o por correo postal a c/...................... izda Valladolid
El blog ha quedado como testigo, tras este mensaje alguien se arriesgó para atender su llamada de auxilio.
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