5/24/2006

Abandono del barco, ya no hay marinos como los de antes

Ayer vimos en la tele el abandono del Movistar, el barco de los tres mil millones.Mientras, se aprobaba el estatut andaluz.
Ni olas de doce metros ni vainas en vinagre, que eso nos habían contado la víspera, una mar espléndida, con sol y algo de viento, el barco arranchado como para dejarlo en puerto, entero, y la tripulación saltando a un chinchorro de salvamento hinchable, con su radio baliza correspondiente, tras avisar por radio de la jugada.

Zapatero a Rajoy, en plan Tarantino;
-No te equivoques dos veces, hijo.El capitán soy yo.
Rajoy a Zapatero, en plan Besteiro;
-¿por qué abandonan el barco?¿quién quiere ir en este chinchorro?

Muy poco épico, nada de al filo de lo imposible, estos marineros de agua dulce ya no son lo que eran. Ni aunque el barquito valga 16 millones de euros.
Cierto que el boquete alrededor de la quilla, arrancada de su encastramiento un palmo, era un problema muy serio, la imagino bailando y crujiendo todo el barco, con todo su peso que es mucho. Cierto que las estaban pasando canutas.
Pero leñe, abandonar el barco...se abandona la competición y se salva el barco mientras se pueda.

Ahora quieren volver, dicen que no lo encuentran, que es que hay mucha niebla...y el bip bip ya no se oye.

Menos mal que Arni Barbem con su catamarán lleno de rosas blancas acudirá al rescate, nos cuenta Zapatero.


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