Vean cual es el modelo al que se refiere nuestro gobierno antiPP, leyendo a Frabetti en Corriente Roja;
La revolución es democrática y la democracia es revolucionaria. Revolución y democracia se determinan mutuamente, en un proceso vivo, continuo, dialéctico.
¿O acaso no es esto lo que nos cuenta ZPlaf todos los días, con sus hilarantes declaraciones?
Sigamos leyendo a Frabetti, a ver si nos enseña el hilo del ovillo de Zapaplaf;
El hecho de que en la Unión Soviética y en los países socialistas de la Europa del Este la revolución no desembocara en la democracia, es el principal argumento de la derecha a favor del supuesto fracaso del marxismo, que muchos creyeron ver derrumbarse junto con el muro de Berlín. PeroLa caída del muro no fue el principio del fin, sino el fin del principio. Con el desmembramiento de la Unión Soviética, terminaba la fase primitiva, infantil, del llamado socialismo real y empezaba una nueva etapa de maduración y desarrollo.
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La revolución cubana puso en marcha un proceso democrático que, si todavía no ha culminado, avanza con paso seguro por el único camino posible, hacia el único objetivo posible: una democracia plenamente participativa e igualitaria
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Cuba y Venezuela, en fecunda alianza, son el ejemplo vivo de la dialéctica revolución-democracia, su incontestable materialización histórica. Cuba ya no es una isla.
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La agonía de la revolución cubana a la que creen estar asistiendo quienes en vano esperan verla desaparecer junto con Fidel, es su vigorosa recuperación.
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Cuba ya no es una isla, y tampoco Iraq, Afganistán, Palestina... La solidaridad internacional y la indignación ante la barbarie imperialista rompen las fronteras. Todas las fronteras. En todos los sentidos. De todas las maneras. Con todo tipo de respuestas, desde las más generosas hasta las más brutales. Porque los bombarderos aliados y los tanques israelíes claman venganza, engendran terribles vástagos, abren las puertas del infierno. El terrorismo de Estado llama al terror. Ayer Madrid, hoy Londres, mañana Roma... No habrá paz en Occidente mientras no la haya en Iraq, en Afganistán, en Palestina...
Y Euskal Herria tampoco es una isla... La izquierda abertzale, a la vez que refuerza su estructura interna y se afianza en el tejido social que la sustenta, está consolidando sus lazos con las escasas organizaciones de izquierdas del Estado español (estuvo presente, sin ir más lejos, en el citado encuentro de Corriente Roja), y también sus vínculos internacionales.
Porque izquierda no hay más que una, del mismo modo que solo hay una raza, la raza humana, y solo una lucha, la lucha de clases. Una izquierda unitaria, internacional e internacionalista, que empieza por reconocer el derecho de autodeterminación de las personas y de los pueblos.
Mediante la guerra, el bloqueo, la criminalización y el silencio, los cruzados de Occidente intentan convertir en islas a Cuba y Venezuela, a Afganistán e Iraq, a Palestina y el Sáhara, a Euskal Herria e Irlanda... Pero las islas forman, cada vez más, un archipiélago, una nación de naciones, la gran nación antiimperialista.
“Socialismo o muerte”, dicen los cubanos, y pueden decirlo dos veces, porque están dispuestos a morir por el socialismo y porque saben que fuera del socialismo no hay futuro, no hay una vida digna de ese nombre, ni para ellos ni para la humanidad. “Patria o muerte”, dicen también. Y pueden decirlo tres veces, porque su patria es Cuba, porque su patria es América, porque su patria es el mundo.
Y ya sólo le falta a Frabetti acabar con; ¡Alianza de civilizaciones o muerte!
¿Entienden ahora a Bono cuando nos explica que él prefiere a los camisas pardas de ERC o a quien sea con tal de que no fuere del PP?
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