No somos lo que somos, sino lo que queremos ser.

Si se puede resumir en una frase o concepto el fenómeno neonacionalsocialista que nos ocupa, yo creo que es ese. Piedra angular del sistema, la llave que da forma, sustento y meta al intelecto nacionalista.
Se resuelven así las contradicciones, inmensas, que lleva aparejado el chiringuito. Y justificamos todo, incluído el asesinato selectivo.
Todo muy romántico, muy sentimental por supuesto, que es la justificación que alega el paupérrimo argumentario nacionalista.
Sus sentimientos. Unos determinados a escuadra y compás.
No los tuyos, ojo.
Y a partir de ahí, vale todo. No somos españoles, somos vascos-catalanes-lo que sea, que es lo que queremos ser.
Purito sentimiento.

Claro, las palabras pasarán a designar lo que queremos que designen.
¿Hay víctimas? nosotros, las demás colaterales...¿cuál agresión pregunta el asesino? la tuya, yo sólo me defiendo... el diálogo es la cesión sin resistencia a mi monólogo, la paz consiste en tu rendición incondicional y, los derechos humanos son los derechos de los pueblos, en concreto, de mi pueblo.

Efectos secundarios muy comunes de esta fórmula magistral, "no somos lo que somos, sino lo que queremos ser" son la inestabilidad emocional, (periodos euforia-depresión repetitivos) la esquizofrenia común, el nacionalparasitismo y las adicciones al lifting.