El nuevo Mao Tcha Vez
El guardián de la revolución socialista sigue nacionalizando empresas, tras las cementeras mexicanas ahora le toca a Sidor, con capital argentino, de un amigo de los Kirtchern. Voces del partido claman en el desierto afirmando que el estado venezolano carece de capacidad para gestionar estas empresas, pero a Chávez le importa un pito, con lo que le gusta a él mangonear y prohibir hasta los Simpsons.Cierto es que a Bush tampoco le gustan Homer y su familia, la diferencia es que ni los prohibe ni podría seguramente aunque quisiese.
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